Chica material

La foto que causó rechazo en todo el mundo de la modelo deformada por computadora en un afiche de Ralph Lauren terminó con el despido de la joven. La deshumanización en el imperio Photoshop.

¡Atención, alertas, escándalo! Llama la atención una mujer en una publicidad de Ralph Lauren por ser monstruosamentente delgada. Menos mal que todavía no se ha perdido del todo el criterio, la capacidad de asombro, aunque vale decir que el sobresalto viene con un caso extremo. Es que ya se ha generado un acostumbramiento a la deformación de los cuerpos, en realidad, en sacarles su humanidad.

En el mundo de la gráfica ya no existen las personas, que tienen lunares, granos, arrugas, celulitis, ojeras, rollitos, dientes imperfectos. No, lo que hay son seres sin rastros de vida, humanoides de papel que sirven de modelos y que son difundidos e impulsados por los medios, haciéndonos creer que son verdaderos. El arma es el Photoshop (y cualquier otro programa que sirva a los mismos fines), que en sí mismo no contiene los “gérmenes del mal”. Está en el uso que se haga de él y la indiferencia con la que se trate la ética.

A Ralph Lauren “se le fue la mano con el Photoshop”, dijeron los medios de todo el mundo. Pero no se preocupen que el modisto se disculpó y admitió su responsabilidad, y además decidió despedir a la modelo Filippa Hamilton, que fue la protagonista de la deformidad.

Aunque la misma dijo que el motivo de su despido fue que la firma consideraba que tenía sobrepeso. Así que sin trabajo y habiendo sido utilizada como modelo de esqueleto publicitario, la joven se mostró horrorizada con la foto del afiche que se vio en Japón días atrás.

Días previos a este incidente publicitario, las alteraciones de la realidad en fotografías conocidas como “retoques” ya habían ocupado un lugar destacado en las portadas de los diarios, debido a la propuesta de la diputada francesa Valérie Boye. La mujer -miembro del partido de Sarkozy- lanzó un proyecto que busca reglamentar el uso del Photoshop. De aprobarse la norma, la fotografía retocada deberá ir acompañada de una frase aclaratoria como: “Fotografía retocada para modificar la apariencia física de una persona”. Su incumplimiento implicaría el pago de una multa de por lo menos 37.500 euros para el infractor.

La cuestión del uso de programas editores de imagen lleva a reflexionar sobre su uso en general, y queda clara la diferencia entre retocar una imagen en relación al contraste, el brillo o el color, a desdibujar exageradamente lo que hace humanos a los humanos: las llamadas “imperfecciones” (¿la vejez es una imperfección?). El imperio de la imagen y la locura de fomentar un tipo de cuerpo alejado de lo real tienen impacto. Ya nadie habla de anorexia y bulimia como si no existieran más, al mismo tiempo que cada vez con más ímpetu se trastocan las fotos de las personalidades.

¿Recuerdan cuando a Susana Giménez se la mostró en la revista Gente con todo menos con ombligo? Casos entre perversos y ridículos hay de sobra y en todos los rubros.

Aquí no hay arte digital, aquí hay intenciones de seguir instalando un modelo estético. ¿Y quién gana con esto? Cuando Dove sacó su aviso publicitario con mujeres “normales”, una cálida sensación de alivio, de ilusión de cambio empezó a asomar. Sin embargo, esa fue sólo una excepción entre las grandes cantidades de imágenes publicitarias.

Mientras tanto, el anuncio de la nueva campaña de Lauren ya ha sido retirado. Como no hay justificativo, Ralph Lauren declaró que “la imagen en cuestión fue publicada de forma errónea y utilizada en unos grandes almacenes en Japón sin ser la foto aprobada que circulaba por Estados Unidos”. Además, añade que este “error no tiene nada que ver con nuestra relación con Filippa Hamilton”.

La respuesta de la modelo, ante esto fue que nos “deben una disculpa a las mujeres estadounidenses. Estoy muy orgullosa de mi físico y creo que una modelo debe parecer sana”.

En realidad, las disculpas tendrían que ser a todas las mujeres, y más que disculpas se necesitarían importantes cambios en las formas de concebir a la mujer. Ya es tiempo.

Fuente: Hoy