viernes, 2 de octubre de 2009

De los burdeles a ser patrimonio mundial

Una propuesta rioplatense

El tango fue reconocido por la Unesco. Buenos Aires festejará con una gran milonga

El tango conoce sus orígenes a fines del siglo XIX a partir de una mezcla de varios ritmos, donde la música traída por los inmigrantes al Río de La Plata tuvo una participación decisiva.

Originariamente, estuvo asociado al mundo de los burdeles y cabarets, ámbito natural de contención de una población extranjera netamente masculina. Por eso era común que el tango se bailara entre hombres o con la compañía de alguna prostituta. Era una danza y un ritmo musical mal visto por gran parte de la sociedad.

Sin embargo, lentamente, se fue expandiendo a otras zonas abandonando los burdeles y los arrabales, hasta llegar a los barrios proletarios y a las mejores familias.

En Abu Dabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos, ese ritmo que creció cobijado por las paredes de los burdeles fue declarado por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La candidatura de este baile para obtener semejante distinción fue presentada conjuntamente por Argentina y Uruguay.

La embajada argentina en un comunicado informó que “el Tango es la expresión más profunda y vibrante del Río de la Plata. Emerge de una fuerte raíz cultural y de una historia social que está también vinculada con la importante inmigración que pobló la región rioplatense en la segunda mitad del siglo XIX. El Tango, por su fuerza, conquistó desde hace mucho tiempo una trascendencia universal”.

Mientras que la Organización de Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura, justificó la inclusión de tango en la lista, a que en la génesis del género confluyeron emigrantes europeos, descendientes africanos y criollos, generando “una amalgama de costumbres, creencias y ritos que se transformó en una identidad cultural específica. Entre las expresiones más características de esa identidad figuran la música, la danza y la poesía del tango que son, a la vez, una encarnación y un vector de la diversidad y del diálogo cultural”.

Los primeros conjuntos de tango estaban integrados por violín, flauta y arpa; y en forma eventual podía aparecer un mandolín, un acordeón o incluso una armónica.

Con el paso del tiempo, el arpa fue paulatinamente reemplazada por la guitarra y el bandoneón apareció para sustituir a la flauta.

De aquellos primeros tiempos, perduran nombres de distintos sitios de poca monta donde el tango se bailaba entre hombres como “La Red”, en la bajada de San Telmo; la academia de los Tancredo, en la Boca; “La Estrella”, en Ensenada; “El farol colorado”, en la Isla Maciel; “El Vasco”, en Barracas o “La Pajarera”, en el Bajo Belgrano.

A lo largo de la historia, el tango tuvo momentos de esplendor y también conoció la decadencia, marcada a fines de la década del ‘50 y principios de los ‘60 por la llegada de la revolución que causó el rock & roll. Decadencia de la que pudo emerger a partir de la renovación impuesta por Astor Piazzolla, quien rompió con los esquemas del tango clásico.

La figura de Carlos Gardel, el “Zorzal criollo”, resulta ineludible a la hora de hablar del tango-canción y en la actualidad el ritmo goza de una importante vitalidad a partir de orquestas integradas mayoritariamente por jóvenes como la Fernández Fierro, Misteriosa Buenos Aires o China Cruel, que reconocen como influencias a aquellas otras comandadas por Osvaldo Pugliese, Carlos Di Sarli o Aníbal Troilo.

El próximo sábado, en la tanguera esquina de San Juan y Boedo, la ciudad de Buenos Aires festejará la decisión de la Unesco con una gran milonga. El evento abierto a todos los ciudadanos contará con la participación de artistas argentinos y uruguayos como Susana Rinaldi y Rubén Rada. También dirán presente algunos cantores de orquestas típicas, harán una demostración los últimos campeones del Mundial de Baile de Tango salón 2009, los japoneses Hiroshi y Kyoko Yamao, y habrá una milonga callejera con orquesta en vivo, en la que se estrenará el tango “Veredas de las dos orillas”, compuesto especialmente para esta esperada ocasión.

El Comité Intergubernamental de la Unesco para la salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, decidió ayer inscribir 76 elementos en su lista. Además del tango, engrosaron la nómina la Semana Santa de Poyayán (Colombia), El Carnaval de Negros y Blancos de San Juan de Pasto (Colombia), la ceremonia ritual de los voladores (México), los lugares de memoria y tradiciones vivas de los otomí-chichimecas de Tolimán (México) y el candombe de Uruguay, entre otros.

Se entiende por “patrimonio cultural inmaterial” los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.

Fuente: Diagonales

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