martes, 6 de octubre de 2009

Debajo de la Catedral de La Plata

Un museo que le rinde culto a la fe

Por sus túneles subterráneos se accede a un viaje imaginario a través del tiempo. El recorrido permite conocer la historia de la Catedral. También se puede orar frente a los restos de la beata Sor María Ludovica y del fundador de La Plata, Dardo Rocha.

Inmensa, imponente y dueña de un estilo arquitectónico que la hace única, la Catedral de La Plata es uno de los edificios más emblemáticos de los muchos que tiene la ciudad fundada por Dardo Rocha. Su nave central, su altar y el cofre que contiene los restos de la beata Sor María Ludovica son parte de un patrimonio que conmueve e invita a renovar la fe.

Pero el edificio que comenzó a construirse en 1884 cuando la capital bonaerense recién comenzaba a escribir su historia, y que se terminó en 1999 (cuando se completaron las torres laterales), tiene algo más para mostrar. Se trata del museo que permite recorrer los cimientos mismos del templo, para embarcarse en un apasionante viaje imaginario.

Se sabe que en todo templo habita el silencio y la reflexión, pero el clima que -sin exageraciones- se palpa en ese subsuelo es único e irrepetible.

La sala

Creado en 1977 por el Arzobispado de La Plata, el museo funcionó hasta 1990 y reabrió sus puertas en 1994 por iniciativa de la Fundación Catedral, organismo que asumió el compromiso de difundir los valores patrimoniales, religiosos, artísticos e históricos del templo.

Todos los meses, alrededor de 5 mil personas visitan los túneles y pasillos que corren por debajo de la Catedral, donde hay salas permanentes y temporarias. En la cripta principal yacen los restos de Dardo Rocha, fundador de la ciudad.

La sala permanente arzobispo Carlos Galán prioriza la temática religiosa al documentar el camino recorrido por la Iglesia, durante siglos, en la vida cultural y religiosa.

También incluye la historia de la Catedral, su construcción, herramientas, moldes, accesorios, planos de obra y obras de arte religioso. En tanto, la sala Miguel Omeleuzik rinde homenaje a los hombres que trabajaron en la construcción del templo a lo largo de los años.

Por su parte, se encuentran las salas temporarias Monseñor Alberti, presbítero José Mutti y obispo Espinosa, que se renuevan bimestralmente y por las que pasaron las obras de Leo Moroder, Carlos Pacheco, Carlos Aragón, Ricardo Porto, Aldo Severi, Quinquela Martín, Pérez Celis, Koek-Koek, Susana Fedrano, Raúl Soldi, Fray Butler.

“Las exposiciones que realizamos están compuestas por artistas platenses y de otros lugares. El objetivo es que se conozca este espacio. Actualmente, el museo exhibe obras del artista Walter Gavito, que estará hasta los primeros días de noviembre, mientras que el 5 de noviembre se expondrán las obras de María Cristina Pallarols”, cuenta a Hoy Adela Juárez, presidenta de la Fundación Catedral.

La beata

No hace mucho que los restos de Sor María Ludovica descansan en la Catedral. La urna fue llevada hasta ahí durante una conmovedora procesión que partió desde el Colegio Nuestra Señora de la Misericordia y que fue escoltada por infinidad de fieles.

Ludovica fue la hermana superiora del Hospital de Niños que heredó su nombre, y alcanzó la beatificación en 2005, cuando el Vaticano dio por acreditada la curación milagrosa de una niña -ahora una joven- que vive en nuestra ciudad y que pudo reponerse gracias a las plegarias.

Son muchos los que visitan la Catedral para visitarla a ella. Y la prueba irrefutable se encuentra en los papelitos con pedidos y agradecimientos que los fieles depositan en la vitrina.

“Además, el santuario de Sor María Ludovica recibe muchas visitas y la gente le deja muchos deseos y peticiones por los chicos. En breve se van a colocar los vitrales”, dice Adela Juárez.

El Museo, las torres y el mirador

Además del Museo y sus salas de exposiciones (foto), la Catedral también ofrece la posibilidad de ver la ciudad, desde un ascensor y un mirador. Ubicado en la Torre de Jesús, el ascensor fue inaugurado en la Semana Santa de 2002.

El ascensor es totalmente vidriado y se detiene a los 42 y 63 metros, donde permite una vista panorámica completa de la ciudad, contemplación que en los días de mayor visibilidad llega hasta las costas de Colonia del Sacramento, Uruguay.

Fuente: Hoy

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