martes, 27 de octubre de 2009

Demoliendo movimientos

AL GRAN REX ALLÍ SE PRESENTARÁ EL JUEVES ESTE BAHIANO, FIGURA DEL BRASIL.

Entrevista a Carlinhos Brown. Antes de venir a actuar, habla del sentido colectivo de su obra y del panorama del Brasil contemporáneo.

Por: Federico Monjeau

Nacido en Bahía en 1962, Carlinhos Brown es una figura central de la música del Brasil. En 1989 hizo una significativa aparición como miembro de la banda de Caetano Veloso en su extraordinario álbum Estranjeiro, y en 2002 lanzó el exitoso Tribalistas con sus amigos Marisa Monte y Arnaldo Antunes, pero antes de todo eso Carlinhos Brown venía consagrándose a un tarea musical en el mayor anonimato: el Proyecto Timbalada, una banda gigantesca de percusionistas y cantores de Candeal, su barriada natal, cuyo espíritu festivo y colectivo persiste en sus discos y en los escenarios más urbanos.

"La magia de una orquesta -explica el músico a Clarín en una charla telefónica antes de su próximo show en Buenos Aires- no radica en un violín o una trompeta, sino en el colectivo. La música nunca debería perder el sentido de una verdadera performance. Me gustan los coros, que haya personas dando su propia interpretación, porque así llegamos a resultados verdaderos, lo que quiere decir que la música es verdaderamente de todos los que la hacen."

¿Qué queda de todo eso en la experiencia de Los Tribalistas?

Tribalistas es más íntimo, pero no menos colectivo. Es íntimo porque somos tres amigos íntimos que consiguen transmitir una sensación de extrema placidez y sencillez.

¿Vuelven Los Tribalistas?

Todavía nos da mucho placer estar juntos, pero hacer discos y shows es otra cosa. El disco es bueno y Tribalistas está donde debe estar. Tal vez un día volvamos, pero no podemos convertirnos en un grupo exitoso. Digamos que todavía no somos Tribalistas... Todavía estamos creciendo.

Seguramente deberán soportar la presión de las grabadoras, que querrán Tibalistas II, III...

Sí, la presión es muy fuerte, pero la ignoramos.

El año pasado se festejaron los 50 años de la bossa nova y muchos artistas del Brasil vinieron a Buenos Aires en tren de celebración. ¿Hoy puede hablarse de algún movimiento comparable en su país?

El movimiento es planetario. La música no puede ser motivo para que un país se destaque sobre otro. Hoy tenemos movimientos, pero tienen otro sentido para la cultura. Tenemos el manguebeat y muchas otras cosas, pero son movimientos proteccionistas, que más que trascender buscan cuidar su entorno, su territorio. La bossa nova me encanta, pero hay cosas mucho más fuertes en Brasil que la bossa, y que nunca fueron descubiertas. La melodía de Luiz Gonzaga, por ejemplo. Adoro lo que hicieron Jobim y Carlos Lyra, pero en algún momento yo encontré algo de eso en Chet Baker, en Cole Porter, en Gershwin. Sin embargo, nunca encontré nada parecido a Gonzaga ni en Los Beatles, ni en Schumann, ni en Bach ni en ningún otro. Los mejores movimientos son los de las personas que no conocemos. Lo mejor que podemos hacer con los movimientos es demolerlos

Fuente: CLARIN

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