miércoles, 21 de octubre de 2009

El peso del pasado y la memoria

CINE › CECILIA PRIEGO HIZO SU DOCUMENTAL FAMILIA TIPO BASADA EN SU PROPIA HISTORIA

La cineasta descubrió a los 21 años que su padre había tenido una hija a la que abandonó. Eso la motivó a investigar a su familia paterna, en un relato que evita juzgar a sus seres queridos. Se verá hoy a las 19.30 en la Lugones, dentro del DocBsAs.

Por Oscar Ranzani

Muchos años antes de que dirigiera Familia tipo, Cecilia Priego había vivido una historia con condimentos cinematográficos. Su padre, septuagenario en la actualidad, es español y viajó a Buenos Aires en 1962, cuando tenía 28. Siete años más tarde conoció a la mujer que sería su pareja durante tres décadas. Con ella, tuvo a Cecilia y a un varón. Cecilia siempre sospechó desde niña que su padre le ocultaba algo. Tal vez por esos silencios que demuestran ocultamiento más que cierta verborragia. Hasta que en 1991, un llamado desde Madrid disipó las dudas. La que llamaba era Belén, una joven que era hija de su padre y de otra mujer: así fue como Cecilia se enteró de que tenía una hermana, ya que su padre no tuvo más remedio que contarle la verdad del ocultamiento. Hace unos años, Priego decidió que era hora de desenrollar esa compleja madeja. Y el resultado es lo que se ve en Familia tipo, documental que se exhibirá hoy a las 19.30 en la Sala Lugones (Corrientes 1530), como parte de la programación del DocBsAs/09.

Lejos de juzgar la decisión de su padre (de hecho, en la película, la directora cuenta una anécdota acerca de cómo su padre se convirtió en su sostén de niña), Priego construye un relato con cierta intriga al comienzo que va avanzando poco a poco hasta desembocar en el descubrimiento de la historia familiar paterna: para esto viajó a España y pudo saber, entonces, el pasado de su padre y de sus abuelos, Fernando y Francisca. Y que, de alguna manera, su padre repitió una historia que él mismo había sufrido en carne propia. Lejos de los golpes bajos y sin intención moralizante, la cineasta construyó un documental sobre una historia personal que decidió hacer pública a través del cine porque es su forma de expresarse, según comenta en la entrevista con Página/12. “Era algo que mi familia no hablaba y que me había golpeado mucho, ya que me enteré de lo sucedido a los 21 años. Fue algo que cambió mi vida radicalmente. Entonces, necesitaba contarlo y la forma en que cuento las cosas es a través del dibujo o del audiovisual”, agrega Priego, a quien en ningún momento se la nota con rencor hacia su padre. Más bien lo contrario: siente un afecto muy especial por él.

–¿Cuál era el recuerdo que le había quedado de su padre en su infancia y su adolescencia y cómo reelaboró los vínculos familiares a partir del hecho que narra su documental?

–En la película cuento una anécdota de cuando tuve un accidente a los 7 años. Mi padre fue quien estuvo conmigo durante todo el proceso y me llevó al hospital donde me cosieron. Siempre tuvimos un vínculo muy estrecho. A pesar de su silencio frente a determinadas cosas y de ser un hombre muy reservado, tuve un vínculo de mucho afecto. El afecto no cambió nada a partir de conocer su historia. Pude entender algunas cosas y otras no, estuve de acuerdo con muchas cosas y con otras tantas no.

–¿Cómo vivió la intriga que le despertaba su padre en su infancia y en su adolescencia?

–En mi adolescencia no me acuerdo, me habrán interesado más otras cosas, pero en la infancia sí. Siempre supe que en mi familia se ocultaba algo. No sé por qué, pero siempre lo supe. Quizás escuché o vi algo que no recuerdo, pero eso hizo que mi actitud en mi infancia fuera siempre revisar todo. Cuando mis padres salían les revisaba los placards. Había descubierto dónde era la caja fuerte de mi papá y dónde escondía la llave. Entonces, siempre que se iban abría la caja fuerte y revolvía todo lo que tenía. Eso lo hacía muchas veces. Ahí es donde encontré una foto de Belén. Y siempre pensé que esa foto era mía, que mi padre escondía una foto mía. La película tiene un centro en esa anécdota: cuando mi papá cuenta que había tenido una hija a la cual había abandonado descubrí que la fotografiada era Belén, mi hermana.

–¿Se propuso no juzgar a la hora de narrar la historia?

–Sí, todo el tiempo. No sé si lo logré, creo que sí. Es lo primero que le pregunto a la gente que vio la película y lo que más me perturbó en el momento de hacerla: no caer en un lugar de juzgar, sobre todo a la gente que más quiero. Fue una premisa en el rodaje y sobre todo en el montaje. Estaba pendiente de que nada se pudiera malinterpretar por ese lado.

–¿El rastreo del pasado de su padre le permitió entender por qué actuó como lo hizo?

–En una medida sí y en otra no. Igual, creo que ya no necesito entenderlo. Siempre pensé que no hace falta entender algunas cosas, que se toman como son, que uno no va a entenderlas nunca y que está bien así. Sí descubrí que la gente lo quería muchísimo. Y si muchas personas quieren a alguien, no pueden equivocarse. También supe que había sufrido mucho. La película te lleva a descubrir que él repitió su historia porque el padre lo había abandonado.

–¿Cuál fue el mayor aprendizaje de la investigación que realizó?

–Tiene que ver con la memoria. Las personas sienten el peso del pasado de distintas maneras. Hay personas a las que no les importa tanto de dónde vienen, quiénes fueron sus abuelos, sus bisabuelos, cómo fueron sus historias. Miran sólo el presente o hacia el futuro. A mí sí me importa mucho conocer quiénes fueron mis abuelos, qué hicieron, qué sufrieron. Por eso me acerqué a las situaciones que vivieron y a los lugares donde estuvieron. De mi abuelo, que fue soldado republicano, habré visto una foto en toda mi vida y me habían contado muy pocas anécdotas. Lo único que sabía era que se había exiliado en México. Fue importante haber estado pisando el mismo lugar donde él estuvo en momentos de la historia y de su vida personal. Construir la memoria es fundamental en la vida de los pueblos y de las personas.

–A medida que transcurre el documental, hay carteles con distintas definiciones de familia. ¿En cuál cree más después de haber realizado la película y conocer parte de la rama paterna?

–De todas, en ninguna. Tomé las cinco o seis definiciones del diccionario de la Real Academia Española y busqué darles un sentido diferente según dónde estaban en la película. Sigo pensando cuál sería mi definición de familia y no la encuentro. Quizá sería buenísimo que no tuviera ninguna definición de lo que es una familia. En todas las definiciones aparecen las palabras “grupo de personas”. Y con respecto al grupo está bien lo que queda adentro, el problema es lo que el grupo deja afuera. Así, a pesar de que logré construir una, porque tengo marido y cuatro hijos, todavía no tengo una definición de familia.

Imagen: Guadalupe Lombardo
Fuente: Página 12

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