martes, 13 de octubre de 2009

Esos locos artistas

X Festival Latinoamericano de Artistas de Hospitales Psiquiátricos

Alrededor de 400 artistas-pacientes internados y externados participan de este evento que comienza hoy en Mar del Plata. Contará con la presencia de artistas platenses de la Unidad Penitenciaria de Melchor Romero, a través de un corto audiovisual que mostrará las actividades culturales que realizan en la institución.

La Organización Mundial de la Salud lo dejó en claro allí por los años ‘90: “Se debería priorizar la atención de la salud mental en hospitales generales y desalentar la construcción de nuevos establecimientos psiquiátricos”. Es que los manicomios fueron pensados, en su origen -y continúan vigentes-, como instituciones diseñadas para ocultar los trastornos de conductas, perceptivos y del pensamiento. Sus edificios se alzan con fines más restrictivos que terapéuticos. Sin embargo, entre la opresión de sus muros, el arte genera una verdadera posibilidad de reinserción, erigiéndose como una práctica sanadora.

“El manicomio socava las capacidades básicas de un ser humano, como son pensar, sentir y hacer, a partir de la violación de los derechos humanos y de la falta de libertad”, señaló en diálogo con Hoy Alberto Sabba, director del Frente de Artistas del Borda y del X Festival y Congreso Latinoamericano de Artistas Internados y Externados de Hospitales Psiquiátricos “Una Puerta a la Libertad”, que se realizará a partir de hoy y hasta el sábado 17 en Mar del Plata, en el complejo cultural Radio City Roxy (San Luis 1750), con entrada libre y gratuita.

La falta de voluntad, de deseo y de pasión -aquellos tres motores que a diario son dinamitados en los psiquiátricos- deja a los pacientes como “un ente, un objeto sin vida”, entendió Sabba. En ese contexto, el arte, sin comparaciones, es generador de espacios de encuentro, de aprendizaje y de experimentación. “Para un paciente, el hecho de ir a presentar un espectáculo fuera de su hospital genera efectos en lo personal, porque los expone y los sitúa en un contexto social que les permite criticar y poner a flote las contradicciones de estas instituciones”, explicó el director del Frente de Artistas del Borda.

El festival surgió a partir de la experiencia del Borda, institución en la cual muchos artistas comenzaron a ingresar y fomentar actividades por el año 1984. Siempre, claro, por la puerta chica e imponiéndose ante la resistencia de las autoridades. “A partir de esa experiencia, viajamos al interior del país para extender la inclusión del arte en los manicomios”, relató Sabba. Y la respuesta fue mágica: “La intensa actividad cultural que se generó en los diversos hospitales psiquiátricos nos obligó a generar espacios como este festival”.

Mantener los manicomios abiertos es un negocio de muchos: de los laboratorios, que aumentan su provisión de medicamentos para los internados en un 70% respecto a los pacientes ambulatorios, de las concesionarias de comida, limpieza y hasta seguridad. “Son empresas que no quieren cerrar sus puertas, a pesar de las críticas que ya reciben a nivel mundial a favor de la desmanicomialización”, indicó Sabba. Es por eso que en un comienzo las actividades artísticas en estas instituciones generaban resistencia y total rechazo. Pero con varios años de experiencia encima, Sabba se anima a asegurar que hoy entre el 50 y el 60% del hospital neuropsiquiátrico acepta este tipo de prácticas. “El arte es una gran terapia social”, repite.

Este año, entre los espectáculos que se ofrecerán, La Plata tendrá sus representantes. Los internos de la Unidad Penitenciaria del hospital neuropsiquiátrico Melchor Romero presentarán un corto audiovisual de 20 minutos, reflejando en imágenes las actividades culturales que realizan a diario estando presos: pintura, teatro y poesía.

¿Y cómo recibe el público las propuestas artísticas de este festival? “La sociedad responde muy bien: los partidos políticos, las asociaciones de artistas, civiles, y de derechos humanos nos acompañan mucho en nuestro trabajo”, contó Sabba. El secreto, aseguró, es llegar a una buena calidad artística: “Ser buenos artistas, con capacidad y profesionalismo”. Que comience la función entonces.

El primer festival, que se realizó en 1989, contó con sólo 7 delegaciones de artistas y con 25 espectáculos. Este año cuenta con la participación de unos 80 espectáculos, con alrededor de 400 pacientes en escena

Circo y recitales

Las propuestas del festival de Mar del Plata irán desde obras de teatro, danza, mimo y circo, hasta recitales de música y poesía, además de muestras de plástica y fotografía. También habrá foros, mesas de debate, charlas, videos y lecturas de trabajos sobre abordajes alternativos en
salud mental. Entre los invitados estarán Héctor Bidonde, Vicente Zito Lema y Luis Saez.

Alternativas al manicomio

Según explicó Alberto Sabba, el sufrimiento mental “es una enfermedad de pie, no de cama”. El promedio de internación debería ser de sólo 12 días, sin embargo el manicomio hoy eterniza a los enfermos mentales como pacientes.

“La primera alternativa al manicomio se realizó algunos años atrás en un pueblo de Italia llamado Trieste. El neuropsiquiátrico fue cerrado paulatinamente y, en paralelo, el Estado fue desarrollando dispositivos de contención”, relató el director del Frente de Artistas del Borda. Las acciones paralelas incluyeron fomentar cooperativas de trabajo para las personas con enfermedades mentales, concientización a familiares y vecinos, y alquiler de departamentos cada dos o tres de los pacientes ambulatorios que no tenían familia.

“En Argentina, en las provincias de Río Negro y San Luis hubo dos procesos similares de manicomios que se convirtieron en hospitales de salud mental”, indicó Sabba. Sin embargo, en Capital Federal el proyecto en pie apunta a la creación de diez nuevos establecimientos de internación psiquiátrica cerrados, con capacidad para casi 500 pacientes, y el cierre de los actuales hospitales psiquiátricos porteños, cuyos predios se mantendrían como espacios públicos en un plazo de dos años. “Estamos en contra de esta medida, que utiliza la consigna de la esmanicomialización para destruir los actuales hospitales, destinar los espacios para proyectos inmobiliarios, y construir nuevos manicomios, aggiornando los actuales y sin contemplar nuevos aspectos sociales”, dejó en claro Sabba en relación a la iniciativa.

Fuente: Hoy

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