jueves, 15 de octubre de 2009

Gabriel Berlusconi

Estación del arte

Nació en 1954 en La Plata. Se crió en Villa Castells. En 2002, una galería estadounidense decidió comprarle toda su obra. Berlusconi dijo que no. Al segundo intento, aceptó. Y empezó de nuevo, como si nada hubiera pasado. “Son esas oportunidades que me da la vida”, dice. Y pinta.

Infancia. "Yo me críe en Villa Castells con todas las libertades. Yo me asombro, a veces charlando con amigos, de la libertad que tenía. Me asombro porque yo jamás les dejaría a mis hijas hacer las cosas que yo hacía, si bien las épocas cambiaron y hay una serie de historias y peligros nuevos. No termino de entenderlo, pero yo tenía 'la libertad'. Sin embargo, la infancia acá, en Gonnet, no está tan presente en mi obra".

La casa de los abuelos. "Yo tenía unos abuelos, que vivían en La Plata, en el barrio El Mondongo, en una casa de las típicas casas platenses, una casa chorizo, una de esas casas con fondo, gallinero, patios, parra, mate y biscochito. O picada y vermouth los sábados y domingos a la mañana debajo de la parra. La casa de mis abuelos era también para mí, un lugar de mucha libertad, aunque en un espacio más acotado. Pero como era una casa muy grande, con un fondo muy largo y un terreno adosado, había 10 millones de recovecos y lugarcitos que también te daban libertad. Todo eso sí creo que esta presente en mis cuadros".

Juegos. "Cuando era chico me entretenía mucho dibujando. Jugaba a los soldaditos dibujando, dibujaba escenas. No eran grandes dibujos, eran casi esquemáticos o con lo que yo podía hacerlos a los 7 u 8 años. Iba haciendo un relato, iba jugando como quien juega con los soldaditos de verdad pero en el papel, en la hoja".

Trabajo. "Lo importante para que el trabajo te rinda, para que haya una continuidad es trabajar, con ganas o sin ganas. En los momentos que tenés ganas, todo marcha mejor. Y en los momentos en los que no tenés ganas, igual hay que trabajar, porque no todos los días uno está súper bien. Si yo solamente apelara a esos días, como en cualquier actividad, sería casi imposible. Los días que no estoy tan bien predispuesto podría decir que por ahí me aburre lo que estoy haciendo, pero no porque es transitorio. Lo de los pisos es inagotable, tengo bocetos, apuntes e ideas anotadas que capaz nunca llegue a realizarlos".

Compañía. "A la hora de pintar la música o la radio están siempre presentes. Llega un momento que me canso de la música y me entretiene mucho escuchar noticias o programas tipo magazine. En un momento donde estoy bocetando no puedo estar distraído escuchando, pero cuando estoy pintando que lo que vale es más el oficio que otra cosa, ahí sí puedo estar escuchando noticias. Silencio, rara vez".

Madrugada. "Me levanto temprano y más en invierno que en verano. En invierno me encantan esas horitas, ahora no fumo, pero cuando fumaba la combinación de madrugada, mate y cigarro para mí eran el elixir. La mayor fuente de inspiración, el silencio de la madrugada, que sea de noche todavía, el ruidito de la estufa, la pava calentándose, mate y cigarro. Ahora es todo igual pero sin cigarro, lo que es un poco menos".

Estaciones. "Yo me llevo bien con todas las estaciones. No me llevaría bien con un lugar donde no hubiese estos cambios de estaciones. Ese supuesto paraíso donde siempre se vive igual, no me gusta. Me gusta el otoño, la primavera, el invierno y el verano".

Artesano. “La pintura sería una conjunción de lo intelectual con lo artesanal, pero a mí me gustan mucho actividades manuales muy distintas. Disfruto mucho haciendo algo de carpintería, como soldándome las ventanas para el taller, entonces tiendo a dispersarme si no tengo un poco de conducta. Yo hice un esfuerzo para poner las pilas acá y darle para adelante en esta actividad, sino no la puedo desarrollar. Si pintás un cuadro por año podés ser excelente pero no pasa nada, no podés hacer una muestra, no te conoce nadie, no podés desarrollar tu carrera”.

Autocensura. “Yo vivo de esto y es otro aspecto que influye. El tema de entrar en un circuito comercial nada tiene que ver con el arte, más vale lo contrario y no porque yo lo desprecie. Al contrario, estoy agradecido porque me da de comer pero también te condiciona y muchas veces tenés que tranzar en cosas. Con el último cuadro que pinté por ejemplo, el boceto entre otros tantos elementos, llevaba uno que yo había pintado en aquel primer cuadro, que era una cucaracha. Terminé sacándola. Desde el significado, reforzaba una cosa. Y desde el punto de vista plástico tampoco era imprescindible, pero a mí me hubiese gustado ponerla y no se la puse porque pensé: ‘Por ahí le meto la cucaracha y no se lo vendo a nadie’. Esos pequeños condicionamientos los tenés. En aquel primer piso quedó, pero en aquel no tenía compromisos comerciales con nadie. A veces tenés ideas que decidís no llevarlas acabo. La autocensura en alguna temática es lo más jodido".

Fe. “Yo me tengo confianza. Hay tipos que dicen ‘puta, que mala suerte que tengo’, porque les pasa esto o lo otro. Y a mí, siempre al revés, creo que de algún lado va a venir la mano salvadora y siempre llega. Por eso soy agradecido a la vida. La vida en casi todas las cosas me dio no dos oportunidades, sino un montón de oportunidades, más de las que debería haberme dado".

Fuente: Diagonales

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