miércoles, 21 de octubre de 2009

La trovadora errante

TUCSON-HABANA-BUENOS AIRES LUEGO DE PARTICIPAR DEL TRIBUTO A THE CLASH, EN EL PERSONAL FEST, HARÁ DOS SHOWS ÍNTIMOS: HOY EN EL ROXY LIVE DE PALERMO; Y MAÑANA EN SANTANA BAR.

Amparo Sánchez. Cerró el ciclo de Amparanoia y se lanzó en soledad con Tucson-Habana, un proyecto más íntimo, que grabó junto a Caléxico.

Por: Pedro Irigoyen

Amparo Sánchez, la rumbera de Barcelona que fue el alma de Amparanoia, se lanza en soledad con un proyecto íntimo, caribeño y sentimental. Tucson-Habana viaja del desierto al Caribe; y del jazz al son cubano. Contó con la participación del grupo norteamericano Caléxico. Hoy y mañana lo presenta en Buenos Aires. El disco saldrá en enero.

¿Por qué terminó Amparanoia?

Empecé a escribir las canciones de Tucson Habana y sentí que estaban mostrando otra parte de mí. Un costado más íntimo, sola con la guitarra y la voz. Compuse libremente, sin pensar en el resultado, y vi que no era el estilo de Amparanoia, donde la intención era hacer que la gente bailara y sacara su fuerza a través de la música, de la fiesta, del sentirnos unidos, de la rebeldía. Ahora, quizás, es como una revolución más individual, más personal, como cantando al oído, para que pueda servirle al que oye para conectarse consigo mismo.

¿Cómo fue grabar con Caléxico?

Fue una motivación muy fuerte. Me invitaron a grabar en su estudio en Tucson, Estados Unidos, a cuarenta kilómetros de la frontera con México. Aprendo mucho cuando estamos juntos. Para la segunda parte, les propuse ir a La Habana para que pilláramos un poco la onda latina e hispana del Caribe. La mezcla de desierto y aire latino antiguo nos sedujo mucho y fue interesante. Las canciones están impregnadas con esa gente, ese paisaje y esas historias de frontera. En La Habana, lo primero fue la fascinación de mis compañeros americanos por pisar suelo cubano, algo que veían como un tabú. Fuimos juntos a la rumba, a los museos, y se fueron encantados con el espíritu de la isla y su gente. Personalmente, es un sitio que me atrae muchísimo, y no descarto en algún momento vivir ahí, me sentiría muy conectada conmigo misma. Me recuerda mucho a Andalucía. La gente lucha y consigue las cosas sin perder nunca la sonrisa y apoyándose los unos a los otros. Admiro su solidaridad y su música.

¿Qué podría hacerse desde la política para ayudar a la música?

Llevo mucho tiempo decepcionada de lo que hacen los políticos. Hay muchas cosas que me gustaría que cambiaran en relación a la música. Que estuviéramos protegidos, para que continúe y esté subvencionada. Que la gente pueda ver muchísimas actuaciones gratis y los músicos podamos vivir. La música es un alimento del alma y del corazón, nos hace sentir unidos. Es mucho más grande que la política.

¿Qué pensás de la gente que baja música de Internet?

Me gusta tener la música que disfruto y me gusta comprarla. Quizás soy de otra generación. No entiendo cómo se hace para bajarla, pero respeto al que lo hace. Personalmente, siento que la música tiene un valor y cuesta un dinero hacer un disco. Es una inversión.

Fuente: CLARIN

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