sábado, 24 de octubre de 2009

Las Pymes de los famosos

Gastón Pauls

Tinelli y Adrián Suar son los dos exponentes más conocidos y exitosos de la autogestión en el mundo del espectáculo, una tendencia empezó en la década del ‘90 y no para de crecer.

A ellos se sumaron Gastón Pauls, Alejandro Fiore, Juan Palomino y ahora Guido Kaczca, pero ¿qué lleva a un artista conocido y prestigioso a arriesgarse con un emprendimiento comercial semejante, cuando podrían refugiarse en jugosos cachés y propuestas de éxito asegurado?

Cuando ShowMatch promediaba los 35 puntos de rating y parecía que la ola jamás dejaría de crecer, Marcelo Tinelli creó Ideas del Sur: “Siempre soñé con tener mi propia productora. En 1984 ya tenía TM en sociedad con Felipe Mc Gough y en 1996 sentí que tenía que hacer contenidos para televisión”, dijo alguna vez el conductor más famoso de la televisión local.

A diferencia de lo que le pasó a otros famosos, su emprendimiento tuvo desde un principio el apoyo de Gustavo Yankelevich, que le abrió las puertas de Telefe para arrancar en el prime time del canal. Así llegó Buenos Vecinos a la pantalla chica y el rating llevó a más de un gerente de programación al borde del infarto. De la comedia participaron Hugo Arana, el Puma Goity y Moria Casán, y ese programa fue, a la vez, el destape actoral de Florencia de la V.

Los éxitos siguieron con Okupas!, una ficción que iba por canal 7 en la que la marginalidad era la protagonista y que con el tiempo se convirtió en un programa de culto, Fugitivos, Dadyvertido, Latidos, Ser Urbano, Fiscales, Costumbres Argentinas, Tumberos, el primer unitario que dirigió Adrián Caetano y que se grabó íntegro en la Cárcel de Caseros, y el genial Todo por 2 pesos.

Más modestos fueron los casos de Gastón Pauls, Alejandro Fiore y Guido Kaczca, que se lanzaron a bancar sus propios proyectos porque se negaban a esperar el llamado de un productor, que no siempre les ofrecía papeles que les gustaran o de la calidad que pretendían.

Hace cuatro años Gastón Pauls se cansó de mostrar sangre y sexo en Ser Urbano y se asoció a Alejandro Suaya para forma Rosstoc.

La idea era generar contenidos “de calidad” que a la vez “contribuyan al desarrollo humano y social”. Desde ahí el actor pudo potenciar su compromiso social, ese que lo llevó a hacer programas como Humanos en el Camino y a crear el proyecto El Puente, con el que pone en contacto a gente que tiene diferentes necesidades con organizaciones o instituciones que quieran ayudarlos. También generó ficciones exitosas como Todos Contra Juan y otras no tanto como Mitos, crónicas de amor descartable.

Rosstoc nació, según Pauls, porque ya no podía limitarse “a ponerle el cuerpo a un personaje”, necesitaba estar en los detalles, la música, los actores que lo iban a acompañar; quería sentirse parte del proyecto.

Y este año, un poco por las pocas posibilidades que la crisis económica mundial le dejaban a la ficción, y otro poco por la falta de ideas atractivas, Alejandro Fiore siguió el camino de Gastón Pauls y se lanzó a la producción de Dromo, un unitario en el que, para poder grabar el piloto, pidió ayuda a amigos, familiares y ex compañeros de trabajo, si hasta su papá le hizo de remisero. Le costó más de una molestia estomacal, pero desde el martes 13 se emite por América a las 22.45, con críticas positivas y un rating que acompañó.

“Soy una persona muy activa y no puedo sentarme a esperar a que me llamen. Así que viendo que este año la situación no era la mejor, me junté con Andrés Gelós y empezamos a pensar en proyectos de bajo costo, que pudiéramos generar nosotros mismos”, explicó el ex Simuladores.
Esa inquietud logró traspasársela a Eugenia Tobal, con quién ya decidieron producir Jano, un policial.

Guido Kaczca, en cambio, se asoció a Endemol para poner al aire Niní, una tira de ficción que apunta al público juvenil, protagonizada por su esposa, Florencia Bertotti, y que para muchos tiene demasiados parecidos con Floricienta, el éxito de Cris Morena.

Otro es el caso de Los Simuladores, uno de los grandes éxitos de Telefe, en el que los actores y Damián Szifrón, director y guionista del programa, buscaron quién los financie.

Y aunque K'uei todavía no salió al aire, Juan Palomino también es uno de los famosos que se enfrentó a la crisis con acción: junto a Cristian Bruno, de la productora Kanibal, crearon un ciclo que entremezclará ficción con testimonios reales para pintar el flagelo de la inseguridad.

El gran referente para los actores es Adrián Suar, un actor que no descollaba y que desde una oficinita ínfima creó Poliladron, que fue un éxito en Canal 13, y el primer paso de lo que es Pol-K, que se hizo gracias a que los actores apoyaron el proyecto desde un principio.

Ficción for export

La industria televisiva local tiene mucha llegada al público extranjero, por eso los programas se venden en más de 80 países y el 50 por ciento de los comerciales que se filman en el país tienen como destino el exterior.

Con la crisis económica de 2001, y la reducción de la torta publicitaria, los canales y las productoras se vieron obligados a salir al exterior a buscar fondos para sostener sus estructuras. Telefe Internacional picó en punta y hoy ya no llama la atención que las productoras compren y vendan ideas, guiones, programas terminados o que se asocien para coproducir con empresas extranjeras.

Por la venta de una hora de telenovela, una firma local puede obtener entre 100 y 8.000 dólares; y en el caso de los unitarios, miniseries o programas con una inversión en producción mayor, la hora puede llegar a cobrarse 120 mil dólares. Y de las 2.400 horas que vendían en 1994 pasaron a unas 40.000 este año, a pesar de la crisis mundial, por lo que la venta de contenidos en el exterior se transformó en un negocio que mueve entre 300 y 1.500 millones de dólares al año.

Fuente: Hoy

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