martes, 27 de octubre de 2009

Peligrosos Gorriones

Después de una década, la mítica banda platense volvió sorpresivamente a las pistas con sus más celebradas canciones.

La tempestuosa noche del viernes pasado ofrendó al público local el regreso rockero más esperado. Ya desde principios de año se hablaba de un posible retorno de Los Peligrosos Gorriones a los escenarios. La banda platense, formada en 1991 por el cantante y bajista Francisco Bochatón, el guitarrista Guillermo Coda, el tecladista Martín Karakachoff, y el baterista Rocky Velázquez, había dejado tras de sí tres majestuosos discos que la posicionaron entre los principales exponentes de lo que se llamó el “Nuevo Rock Argentino”, junto grupos como Babasónicos o Los Brujos.

Disueltos en el verano del ‘99, compartieron escenario por última vez en el Showcenter de Haedo y se separaron por “diferencias que hacían peligrar su amistad”, según dijera alguna vez Bochatón.

La posibilidad del retorno subrayaba la fecha del viernes, que prometía sorpresas. Los proyectos en donde militan tres de sus integrantes (Coda en Miles, Rocky en Pájaros, y Bochatón como solista) se presentarían en la rockería platense El Ayuntamiento, en una fecha llamada “¡Peligro! Gorriones sueltos”, organizada por la gente de Basquiat Producciones. A la cita solo faltaba Bazaar, el grupo electrónico de su tecladista, el Cuervo Karakachoff. Pero unas horas antes de la fecha, la productora confirmó su presencia.

Tal como se esperaba, tras las cuatro actuaciones programadas, el público aclamó ansioso el poder ver nuevamente reunida a una de las más importantes bandas del rock platense.
El evento comenzó pasada la medianoche ante un copioso público -en su mayoría de veinteañeros y treintañeros- que al finalizar lo explícitamente anunciado, comenzó a inquietarse. “¡Gorriones! ¡Gorriones!” fue el clamor que antecedió los primeros acordes de Escafandra, popular tema del primer disco de la banda (Peligrosos Gorriones, 1993). “Hacía como quince años que no tocaba este tema”, dijo un sonriente Bochatón al concluir los últimos acordes, ante la exaltada concurrencia. Sonando como en su mejor época, o quizás mejor debido a su acrecentada experiencia como músicos, homenajearon a la concurrencia con algunas de sus más memorables canciones. A Escafandra siguieron La mordida,El Bicho Reactor, Manicomio Gris, Un ardiente beso y Siempre acampa, todos inmersos entre una lluvia de flashes, elogiosos gritos, y danzas rituales rockeras como el mosh y el pogo.

Concluida la impecable ponencia, los músicos se abrazaron, agradecieron y saludaron a los fanáticos que esperaban la gran vuelta desde hacía más de una década. Este jueves, pero en Capital Federal -en el Club Niceto- se especula con la repetición de los acontecimientos y que, con esto, el regreso de los Gorriones pueda seguir afirmándose.

Federico Valenti

Fuente: Hoy

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