jueves, 15 de octubre de 2009

Se estrena "Boogie, el aceitoso"

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Es la primera película argentina de animación 3D. Sus responsables hablan de cómo fue adaptar este agresivo personaje creado por Roberto Fontanarrosa sin traicionar su esencia.

Por: Marina Zucchi

Así como el trazo de Roberto Fontanarrosa engendró a un entrañable Inodoro Pereyra, concibió también a un "monstruo" como Boogie, el aceitoso, asesino a sueldo que sin dilemas éticos es capaz de humillar mujeres o torturar a ancianos sin el mínimo sentimiento de culpa. Desde el jueves y con título homónimo, este matón de papel se corporizará en pantalla grande y a 37 años de la primera publicación en la revista Hortensia. Será el primer estreno argentino en 3D.

Con la voz de Pablo Echarri como Boogie y bajo la dirección de Gustavo Cova, la animación no escatima en la violencia -para muchos obscena- de ese personaje que parodia las zonas más oscuras del ser humano. El propio "Negro" Fontanarrosa se sorprendió años atrás cuando el productor José Luis Massa le soltó la idea de arrancar al gángster del papel y elevarlo al cine con sus miserias más turbulentas. "Boogie me despreciaría por ser sudamericano de un país periférico", ironizaba el rosarino y, mientras le hacía frente como león a su enfermedad, se dispuso a colaborar para darle vida a la resentida y despiadada criatura.

Así, antes de emprender la partida en julio de 2007, Fontanarrosa llegó a ver el primero de los nueve guiones que se escribirían y defendió la fidelidad en el salto de su personaje al cine. "Pudimos serle fieles al Negro y no traicionarlo ni a él ni a Boogie", se alegra Cova, quien no conoció al escritor y dibujante, pero jura haber sido admirador desde niño de aquella historieta.

Agudizando el ojo, en el filme cuyo presupuesto ronda los dos millones y medio de dólares reinan aunque escondidos los guiños homenaje: desde "La Eulogia" como extra, al desfile de "toda la mitología fontanarrosesca", indica Cova, exultante luego de que la película girara con gran repercusión por festivales como el de Zagreb (Croacia) y Annecy (Francia).

"Inició siendo una película chica de producción limitada y fue creciendo. Fue un un año y medio de trabajo que se alargó luego cuando la compañía (Illusion Studios) quiso subir la apuesta", explica Cova, ahora en plena producción de Gaturro, a estrenarse en 2010.

"Boogie está hecha en verdad en 2D pero estereoscópica, lo que significa que se ve en profundidad, que los personajes estarán en determinadas zonas fuera de la pantalla. Las balas, por ejemplo, van volando a los espectadores, lo que te hace sentir adentro", promociona.

En la trama, el fortachón de mandíbula bulldog se muestra como un verdadero exponente del gatillo fácil, un hombre sin límites, racista y machista que dispara sin temblar a todo aquel que se interpone en su camino, disfruta de los litros de sangre que promueve, arolla perros con su auto, denigra al sexo femenino y se jacta de que "todo lo humano" le es "ajeno". De movida, se presenta como un muchacho preparado para el combate, ex combatiente en Vietnam que luchó "sumergido en aguas podridas". En esta historia, Sonny Calabria, un capo mafia de la ciudad, es llevado a juicio y necesita "callar" a la testigo principal. Como no contrata a Boogie para el trabajo sucio, sino al archirival Jim Blackburn, el rubio secuestrará a la joven para demostrar su superioridad.

¿Desde dónde intentarán trabajar la empatía del público no conocedor o amante de Boogie teniendo en cuenta que la criatura es extremadamente violenta e impune? "Claramente no es una película que pudiese haberse hecho en vivo, con actores. Hubiese sido grotesco. Pero desde el humor se puede. El humor es el bálsamo para cualquier relato. Boogie bucea dentro de lo peor de nosotros y funciona como válvula de escape", analiza Cova.

Los mentores del proyecto dicen estar bien preparados para el posible aluvión de críticas en referencia a lo descarnado del personaje, que en cine tampoco intentará redimirse, sino que hará alarde de su costado más repulsivo. "Justamente fue un reto grande tener a un protagonista con el cual ideológicamente estás totalmente en contra. La ironía funciona desde ahí. No es el héroe del cual uno quiere enamorarse. Funciona este tipo de cosa contradictoria con él: tiene un magnetismo animal terrible, que funciona como catarsis de todas las cosas que entendemos que están mal".

¿Habrán pensado en redimirlo en algún momento como para humanizar el mensaje del filme? El director es tajante: "Boogie jamás se redimiría. Al ser la parodia del extremismo violento, no siente nada por nadie, y de hecho el único lugar en que cree enamorarse es al encontrar un reflejo, una mujer tan brutalmente asesina como él. La película estuvo desde el inicio repleta de miedo y prejuicio. De los productores hasta de los exhibidores". Y planta posición: "El que conoció a Fontanarrosa sabe que fue el tipo más bueno, ideológicamente correcto, el más decente de nuestra literatura, intachable. Si la gente no sabe todo este contexto, claro, detrás hay una bestialidad en la historia. Pero la experiencia ya fue buena en Francia, en salas gigantes de más de 1.200 espectadores. Se rieron de principio a fin. Nadie cuestionó ideológicamente nada. La gente es mucho más inteligente de lo que creemos".

En 2007 se había llevado al cine de animación a Martín Fierro, el gaucho de José Hernández, con dibujos y parte del guión de mano de Fontanarrosa. En esta oportunidad -más allá de que la diferencia radica en que se tomó a un personaje propio de Fontanarrosa- el sistema de trabajo fue distinto. "El no llegó a mandar nunca material -recuerda-. Se trabajó sobre un guión que él sí leyó y se tomó de referencia los dibujos y las historietas. Y todo el tiempo se buscaron textuales de sus historietas para que se aproximaran a la esencia original", cuenta Sebastián Ramseg, director de animación. "El personaje se modernizó, pero apenas nomás, porque ´El Negro´ trabajaba con una línea más sucia y ese trazo se modificó para poder llevarlo a la animación".

Apta sólo para mayores de 13 años, la producción de José Luis Massa y Hugo Eduardo Lauría tiene guión de Marcelo Paez Cubells. Cuenta el director (Alguien te está mirando fue su único largometraje) que sintió una suerte de palmadita tranquilizadora de Fontanarrosa desde "el más allá" cuando en uno de los festivales internacionales de animación en el que "algunos siquiera sabían dónde quedaba Argentina", se cruzó con Caloi y éste lo abrazó emocionado: "El Negro estaría orgulloso de la película que hiciste. El siempre, en definitiva, quería que la gente se matara de risa con lo que hacía", le dijo.

"Ahí pensé, eso me lo mandó el Negro del cielo para que viera que cumplimos el objetivo. Levantemos polvareda y hablemos de lo que nos pasa. Es una película pensada para sentarse con pochoclo y reírse todo lo que puedan", invita. El Negro, agradecido.

Fuente: CLARIN

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